jueves, 12 de diciembre de 2013

La entreplanta, de Nicholson Baker


Sinopsis: A Howard, un empleado de unos 30 años con una leve neurosis, se le rompen los cordones del zapato y aprovecha la hora del almuerzo para ir a comprar unos nuevos.

Perfecto, ya tenemos el punto de partida, ¿y ahora qué?

No, no me he explicado bien. Eso es todo.

Suponemos que los editores se volverían locos por publicar una novela como La entreplanta. Un libro con ausencia absoluta de acción. Un libro que es un monólogo mental en el que el protagonista se entretiene páginas y páginas en analizar la evolución de las pajas para refrescos. Un libro construido a base de meandros que no llevan a ninguna parte.




Por suerte, alguien tuvo la lucidez de descubrir que la escritura de Nicholson Baker ofrecía algo diferente, un desafío no apto para todos los gustos, pero que a quien consigue conquistar, le mantendrá fascinado hasta el final de una peripecia en apariencia tan insulsa como, en el fondo, tan cercana a cualquiera de nosotros.

Baker evita la lectura lineal haciendo uso de diversos recursos narrativos, el más llamativo de los cuales es la utilización de extensísimas notas al pie que parecen una invitación o pasar de página, pero en las cuales se encuentran algunos de los hallazgos más iluminadores y divertidos del libro. También evita cualquier comparación cuando mezcla una nostalgia "prefabricada" con una fascinación por la tecnología en principio muy poco literaria, pero que configura un nuevo medio de evocación. 

La entreplanta puede parecer un libro más europeo que americano, con su delectación por el ensimismamiento y el recurso permanente a la digresión. Un viaje que no lleva a ninguna parte, que ni tan siquiera es erudito, sino abiertamente pedestre. Baker, en su primera novela, no quiso someterse a ninguna exigencia comercial, ni hizo ninguna concesión al lector. Apuesta arriesgada, pero que salió ganadora: aquí tenemos a un autor muy personal del que será difícil despedirse.

Editorial Alfaguara
Traducción de Miguel Martínez-Lage

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