lunes, 31 de marzo de 2014

El amor de Mitia, de Iván Bunin


Pese a ser el primer escritor ruso en ganar el Nobel, Iván Bunin no ha entrado en el canon de los autores imprescindibles, y ni tan siquiera es demasiado conocido. Para ello sería necesario en primer lugar que su obra fuera ampliamente difundida, requisito que de momento no se ha cumplido. Con El amor de Mitia y otros relatos podemos empezar a conocer a un autor singular y que a la vez nos es muy familiar.

Todos los cuentos reunidos en El amor de Mitia, excepto el primero, son posteriores a la Revolución de octubre, y sin embargo en la mayoría de ellos es como si nada hubiera pasado. Seguimos en el mismo mundo de Chéjov, o incluso de Turguénev, con estudiantes torturados, criadas melancólicas y finales siempre trágicos. El mundo de Bunin parece una ensoñación, el reflejo de un pasado quizá más literario que real.




De hecho, todos los relatos mantienen la misma estructura y similar desenlace. Parece que Bunin tenía fijación con una experiencia, un amor fugaz que sin embargo marca una vida entera, y compuso una serie de variaciones mínimas explotando esta situación. La escritura de Bunin es sensorial, a menudo sensual, repleta de descripciones y con un colorido que hace cada cuento, dentro de su formulación fija, una experiencia diferente.

Si la historia que da título a la selección es una novela corta, los demás relatos son muy breves, algunos de ellos casi esbozos. No hay intriga ni apenas desarrollo, lo importante es la recreación de ambientes y su correlación en los ánimos, al más puro estilo romántico. Son como historias contadas al final de una cena, evocaciones sobre el fulgor del amor y sobre las cenizas que este deja cuando se apaga.

Editorial Pre-Textos
Traducción de Víctor Gallego Ballesteros

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