martes, 29 de abril de 2014

Cómo cortar un pastel, de Ian Stewart


Contra la extendida percepción de las matemáticas como esa horrible asignatura ya dejada atrás y de la que no queremos volver a saber nada, hay algunos locos entusiastas que proclaman que no, que las matemáticas son divertidas y muy útiles. Esto último se concede fácilmente, pero ¿realmente pueden ser entretenidas? Para demostrarlo, en España disfrutamos de la encomiable labor de Clara Grima. Pero quizá el mejor evangelistas de las matemáticas recreativas haya sido Martin Gardner, a quien muchos ya han encontrado un heredero: Ian Stewart.

Es gracioso ver el mundo desde la perspectiva de un matemático: para él los telediarios deberían abrir con el último descubrimiento de topología. Como Stewart es consciente de que no todo el mundo tiene las mismas obsesiones, en Cómo cortar un pastel utiliza una estrategia sibilina: a través de casos curiosos, sorprendentes y desafiantes, hace de las matemáticas una materia cautivadora. Y una vez que se ha camelado a la presa, ya no tendrá manera de escaparse. Entonces llegará el momento de las matemáticas serias, su utilización cotidiana y sus aplicaciones prácticas.

Los problemas expuestos en Cómo cortar un pastel son variados, en apariencia sencillos pero siempre de desarrollo complejo. El lector principiante se quedará en el repaso histórico, las anécdotas, el humor y un primer acercamiento metódico que Stewart plantea con amenidad, mientras que los más experimentados también podrán participar en los ejercicios buscando soluciones y retando las ideas asumidas. Un juego en el que todos ganan.

Editorial Crítica
Traducción de Alejandra Chaparro


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