lunes, 7 de abril de 2014

Karoo, de Steve Tescich


Con tan solo siete guiones llevados a la pantalla, Steve Tesich se convirtió en uno de los más admirables escritores del Hollywood de los 80. El relevo sigue siendo una de las más simpáticas producciones juveniles que recordemos; El ojo mentiroso es un fantástico thriller; Georgia un retrato apasionante de los 60; y, sobre todo, El mundo según Garp, una adaptación modélica de un libro inadaptable (el propio Tesich, después de terminar su trabajo, seguía apostando a que era una empresa imposible).

Pero han tenido que pasar casi 20 años desde la muerte de Tesich para que descubramos que también era un novelista de primera categoría. Aunque el argumento de Karoo está relacionado con el mundo del cine, su estructura y amplitud nada tiene que ver con las de una película. Es decir, no se trata del típico caso de producción que no llega a puerto y se convierte en libro. La ambición de Tesich es construir una epopeya americana, pero en tono menor. La ordalía de un ser detestable que pasa por la vida haciendo daño y sin pretender enterarse de nada.




Karoo puede dar pena, pero a nosotros no nos provoca simpatía. Se podría decir que para él el mundo se ha convertido en una película, y lo que es peor, en una mala película, una de esas que él contribuye a “arreglar” con su trabajo de doctor de guiones. Karoo también necesita un público que aprecie su actuación. Y un argumento coherente, a ser posible con final feliz. Pero este mundo de fantasía y su incapacidad no ya para decir la verdad, sino para comprender el concepto mismo de verdad, le empujan por el despeñadero del autoengaño.

En los comentarios a Karoo se incide sobre su humor, sobre su capacidad para arrancar carcajadas de principio a fin. Es raro (y lamentable) que un libro de categoría se valore especialmente por su comicidad, pero en el caso de Karoo también nos parece extraño: cierto que es un libro muy divertido, pero lo que queda en el fondo es una desesperación abismal, un nihilismo sin redención. De hecho, en la última parte del libro hay un cambio de punto de vista y un giro en el tono utilizado que provoca un impacto brutal.

Editorial Seix Barral
Traducción de Javier Calvo



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