martes, 27 de enero de 2015

Naturaleza incompleta, de Terrence W. Deacon


Para afrontar una investigación como la que Terrence W. Deacon plantea en Naturaleza incompleta, nada menos que “la transición de la no vida a la vida y la transición del mecanismo insensible a la mente” es necesario estar pertrechado con un bagaje teórico de primer nivel, que combine tanto conocimientos científicos como, y esta es una de las peculiaridades más atractivas del libro, una visión filosófica.

Y, desde luego, Deacon está bien preparado. Profesor de Antropología en Harvard y Berkeley y neurocientífico destacado, quizá en Naturaleza incompleta lo más destacable es su aportación como estudioso del lenguaje. Porque libros sobre el surgimiento de la vida y la formación de la conciencia hay muchos, pero la aproximación de Deacon es si no original (ha sido acusado de plagio), al menos sí muy audaz.




Para dejar las cosas claras, Naturaleza incompleta no es un libro que ofrezca respuestas, sino que su valor es despejar el camino y ofrecer nuevas preguntas. En la primera parte Deacon se dedica a descabezar muchas de las teorías más populares (¡incluso se atreve a acusar a Chomsky de dualista!), para después entrar en materia con una nueva perspectiva. Para ello utiliza una serie de neologismos y conceptos ad hoc que faciliten la compresión de procesos antiintuitivos y de gran complejidad.

En el largo camino que va de lo “ausencial” (propiedad de existir respecto a algo ausente) hasta las “ligaduras” (lo que no está pero podría haber estado), Deacon busca un concepto para la física tan revolucionario como lo fue el descubrimiento del 0 para las matemáticas. Es un trayecto arduo, en el que abundan los desvíos y cuyo fin todavía se ve lejano. Pero propuestas como las de Deacon ayudan a iluminar la vía y a que al menos sepamos qué estamos buscando.

Editorial Tusquets
Traducción de Ambrosio García Leal

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