viernes, 29 de mayo de 2015

Shakespeare nuestro contemporáneo, de Jan Kott


Se ha escrito tanto sobre Shakespeare que una mera enumeración bibliográfica de los libros dedicados a él ocuparía varios listines telefónicos, pero Shakespeare nuestro contemporáneo, el estudio publicado por Jan Kott a mediados de los 60 permanece como un referente imbatible. Si el propósito principal de Kott fue perfilar el lado más humano de la obra del dramaturgo, su aproximación es igualmente cercana, lejos de la erudición exhibicionista. El teatro de Shakespeare está repleto de magia, abierto a visiones contradictorias, es de tal riqueza que su comprensión nunca será completa, pero Kott sabe dónde situar su foco.

El autor polaco no tiene reparos a la hora de calificar de tonterías infantiles las interpretaciones que más rebuscadas sobre la obra de Shakespeare (y eso que no se detiene ni un segundo en las todavía más peregrinas teorías sobre su verdadera identidad), pero su propia perspectiva no se queda en lo superficial, sino que desentraña los temas principales de la obra de Shakespeare para darles una visión actual y permanente, ya que en su teatro Shakespeare colocó al ser humano en el centro de sus preocupaciones, lo que convierte sus textos en atemporales, válidos para que cualquier época se apropie de ellos.

Para Kott Shakespeare es claramente un hombre del Renacimiento, un humanista aterrorizado por la crueldad de la Historia y expectante frente a los cambios radicales que vivía su tiempo. Pero la misma inquietud y perplejidad es válida para cualquier momento histórico. Sin embargo, Shakespeare supuso el paso de una concepción de la tragedia como una fuerza más poderosa que la voluntad a la idea de que el hombre es responsable de sus actos. A través de la ironía, de lo grotesco, de la melancolía, Shakespeare introdujo la vida en la representación.




En Shakespeare nuestro contemporáneo Kott analiza el teatro histórico del autor a través de su saga sobre la Guerra de las dos rosas y nos descubre un Ricardo III mucho más complejo de lo que la habitual caricatura ha hecho de él; trae a la tierra a un Hamlet que no es un símbolo de nada, sino un hombre en medio del desastre; establece paralelismos entre El Rey Lear y el teatro contemporáneo de Samuel Beckett; entra en la isla de Próspero para acabar con falsos ídolos y desvelar el verdadero alcance de la obra; descubre a Peter Brook como el gran renovador del teatro shakeperiano a través de su regreso a los orígenes...

Pero quizá lo más deslumbrante de todo su estudio es el análisis que hace de Coriolano, la obra maestra más relegada del autor. Coriolano es un texto tan ambiguo, tan contradictorio y desafiante, que pocos se han atrevido con él. Pero Kott sabe captar su profundidad, el reto que supone asumir el cortocircuito moral que plantea. Se dice que hay un Shakespeare para cada persona, pero en el caso de Coriolano el lector-espectador tiene que enfrentarse a la incomodidad que provoca una propuesta radical que hace saltar por los aires muchas de sus convicciones. Gracias a Kott, podemos comprender un poco mejor este desolador panorama.

Editorial Julliard
Traducción al francés de Anna Pozner
Edición en castellano en Alba


No hay comentarios:

Publicar un comentario