viernes, 24 de julio de 2015

Lo difícil que es pisar el asfalto en Broadway, de Enrique Jardiel Poncela


Lo primero que llama la atención al leer Lo difícil que es pisar el asfalto en Broadway, recopilación de textos varios escritos por Enrique Jardiel Poncela a principios de los años 30, es comprobar lo poco que ha cambiado España (y los españoles) en este tiempo. Y eso que Jardiel era un español muy atípico, pero su retrato de personas y costumbres podría haberse escrito ahora mismo sin apenas modificaciones.

Una de las mejores secciones del libro son las “Cartas al tío Robbie”, una especie de Cartas Marruecas en las que el autor escribe a su supuesto tío escocés sobre la idiosincrasia española. Jardiel trata los tópicos habituales (desde los toros al turismo) con un desprendimiento que hace que él mismo parezca el extranjero, incapaz de comprender del todo la psicología nacional. Pero es precisamente este distanciamiento lo que hace las observaciones de Jardiel tan perspicaces y atinadas.




El grueso del libro lo forman los viajes de Jardiel, especialmente su estancia en Estados Unidos. Con unos ojos asombrados y un estilo en el que siempre predomina el característico humor entre sentimental y disparatado del autor, Jardiel retrata un mundo moderno, casi de ciencia ficción, pero siempre desde la comparación con España, lo que no deja de ser una manía muy patria (muy expresivamente, uno de los capítulos se titula “New York, la ciudad menos parecida a Madrid que más se parece a Madrid”).

Especial relevancia tienen las anécdotas referidas a Hollywood y al mundo del cine en particular. Jardiel fue uno de los pioneros españoles en la industria americana, pero en un lugar de detenerse en citar nombres o hacer ostentación de lujo y gloria, el autor prefiere detenerse en los detalles más costumbristas de su estancia, reflejando con ironía las costumbres indígenas que tan particulares le parecen. Al fin y al cabo, las gentes del cine son iguales en todas partes.

Lo difícil que es pisar también incluye una selección de cuentos, muy influidos por Edgar Allan Poe. “El secreto de Maximo Marville” y “Jack el Destripador” son aproximaciones juveniles sin más valor que la curiosidad bibliográfica, mientras que “Sencillez fragante” es una historia romántica en la que lo único sorprendente es su moralismo sin atenuantes. “La puerta franqueada” y “El plano astral” ya tienen algo más de la destilación típica en Jardiel, aunque la ambientación gótica les da una pátina literaria muy poco personal.


Editorial Planeta

No hay comentarios:

Publicar un comentario