martes, 27 de octubre de 2015

Criados y doncellas, de Ivy Compton-Burnett


Criados y doncellas podría tomarse de primeras como una de esas típicas historias victorianas (en realidad es eduardiana) cuya referencia actual más evidente es Downton Abbey, con sus personajes divididos entre unos señores petulantes y unos sirvientes sumisos, junto a todo ese juego tan delicioso que los novelistas ingleses tan bien han sabido exprimir. Pero en realidad Criados y doncellas es una novela extraordinaria diferente a cualquier otro libro.

Para empezar, el estilo de Ivy Compton-Burnett, basado en un noventa por ciento en diálogos, no tiene nada que ver con la tradición novelística británica. Ni tan siquiera Jane Austen, que se podría considerar su precedente más obvio, llevó tan lejos en su radicalidad. Por ejemplo, las escenas se suceden sin solución de continuidad, sin fundidos, sino sencillos encadenados que hacen que de una frase a otra pasemos a una situación totalmente diferente sin advertencia previa.




Y los diálogos de Compton-Burnett son tan brillantes que a veces pueden parecer incluso abrumadores. Es como una discusión continua entre Oscar Wilde y Chesterton. Hasta los niños o los personajes con una formación más escasa se expresan con una genialidad deslumbrante. Pese a lo divertida que es, Criados y doncellas no permite en ningún momento la relajación: si pierdes la atención por una línea puedes saltarte un epígrafe memorable.

Otro elemento curioso de Criados y doncellas es que, pese a que como decíamos es muy divertida, tiene rasgos de tragedia, sin caer en la farsa. El señor de la casa es un tacaño inmisericorde que arruina la infancia de sus hijos. Pero la respuesta de estos no será precisamente delicada. Tras una primera parte de risas, de repente estalla una trama que incluye varios intentos de asesinato, por acción u omisión. Compton-Burnett lo maneja todo con una mezcla de humor frío y desdén misantrópico, pero, al menos en esta ocasión, triunfarán los buenos sentimientos.

Editorial Lumen
Traducción de Valentina Gómez de Muñoz


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